Entramos en el abarrotado centro comercial. Los clientes iban de una tienda a otra con prisa, comprando a última hora lo que deberían haber comprado antes.
(Kyle) - Bueno, ¿por dónde empezamos? - Me sabía casi de memoria todas las tiendas buenas de ropa que había en el centro comercial. Tiré de Kyle hacia la más cercana.
- Hay bastantes tiendas. Podemos recorrerlas, ver algunos modelitos y después decidir. - resopló. Sonreí, había sido él el que había querido acompañarme.
Nos parábamos en los escaparates y entrabamos en las que me gustaba. Kyle se quedaba a un lado mientras yo recorría el local buscando el vestido ideal. Me probé varios vestidos: demasiado largo, muy corto, muy veraniego, demasiado formal... Kyle siempre decía que me quedarían bien, eso no me ayudaba a decidirme.
Hasta que por fin entramos en la tienda adecuada. Mis ojos se fijaron en un vestido liso negro que estaba en un rincón de la tienda. Me acerqué lentamente a él y lo sujeté en alto, observándolo con detenimiento.
- ¡Mira, Kyle! Es perfecto. La falda de vuelo, las mangas un poco transparentes... - me mordí el labio sin dejar de mirarlo, pensando en los complementos con los que lo llevaría. Kyle murmuró algo.
- ¿Qué has dicho? - le pregunté.
(Kyle) - Nada, nada. - negó con la cabeza, me puse seria, mirándola con desconfianza. Algo había dicho y, conociéndole, me imaginaba lo que era.
Fui hacia los probadores esperando que me quedara tan bien como pensaba. Me miré en el espejo con una gran sonrisa. Era absolutamente perfecto. Se ajustaba a mi cuerpo, era cómodo y me encantaba la falda de vuelo. Giré sobre mi y se levantó sin que se me viera nada. Perfecto.
- ¡Kyle! - le llamé, saliendo al pasillo. Él me miró desde el otro lado del mostrador blanco donde estaba la chica de la tienda que vigilaba los probadores. Giré sobre mí misma para mostrándole lo maravilloso que era el vestido. Sonreí satisfecha cuando escuché un
WOW de sus labios. - Te lo dije. Es perfecto.
(Kyle) - Estáis hecho el uno para el otro. - dí un pequeño brinco entrando en el probador de nuevo. Me cambié y tiré del brazo de Kyle, yendo hacia la caja.
Hicimos la compra que le había encargado su madre a Kyle. Parecía un poco perdido y le traté de ayudar en lo que pude. El carro estaba lleno y nos pusimos en la cola. Miré la tienda de zapatos que estaba a nuestro lado. Ya tenía unos cuantos tacones que me vendrían bien, pero si viera algunos tan perfectos como el vestido...
- ¿Te importa si voy a mirar el escaparate de la tienda de zapatos? - le pregunté, sintiéndome un poco culpable por dejarle solo en la caja. Me besó en la mejilla con suavidad.
(Kyle) - Ve. - me susurró al oido. Si es que era un cielo. Le lancé un beso mientras pasaba por las alarmas de la entrada del supermercado.
Me acerqué al escaparate observando los zapatos: ese no hacía juego con el vestido, el tacón muy fino, mucha plataforma, ese era horrendo... Me subí las mangas hasta el codo, hacía calor allí.
(Lorrein) - Hola - dijo con una extraña amabilidad. Le miré de reojos.
¿Qué querrá esta?- Hola - contesté lo más seca que pude.
(Lorrein) - ¿Buscando algo para esta noche? - Que pesada.
- Te equivocas - arqueó las cejas - ya lo he encontrado.
(Lorrein) - Genial - puso una sonrisa falsa.- ¿Es de nacimiento? - me señaló la marca que tenía en el brazo, cerca del codo. Le miré extrañada.
- Sí, pero ¿a que viene eso? - sonrió.
(Lorrein) - Él tiene una igual - contestó. Ahora yo era adivina para saber de quién hablaba.
- ¿Él? - pregunté confusa.
(Lorrein) - Kyle, cerca de la rodilla - se pasó el pelo por detrás de las orejas - es también muy pequeña, como la tuya.
- ¿Y tú como sabes eso? - Esa tía me estaba empezando a dar miedo. Tenía una obsesión por Kyle que no era normal.
(Lorrein) - Ya se lo dije, soy su hermana. - ¿Y esta de qué iba?
- Otra vez con eso.. - dije cansada.
(Lorrein) - Esta bien, pero si puedes comprobarlo, hazlo.
- No tienes que ser su hermana para saber eso, se la has podido ver.. - me mordi el labio, pensativa - en verano o jugando al baloncesto.
(Lorrein) - Es demasiado pequeña, tienes que acercarte para verla. - la miré dudosa. Nunca me había fijado en que Kyle tuviera una mancha de nacimiento en la rodilla, y eso que había ido a todos sus partidos de baloncesto y a algunos de sus entrenamientos. Su móvil sonó y me volví hacia Kyle, que ya había terminado la compra.
- Muchas veces pienso que esa chica tiene una rara obsesión contigo. - frunció el ceño, sin saber a lo que me refería. - ¡La chica de la feria! - le aclaré. - No dejaba de decir...cosas extrañas. No está bien. - soltó una carcajada.
(Kyle) - No le des importancia. - me quitó la bolsa del vestido de la mano y me rodeó los hombros con el brazo.
Caminamos por el centro comercial a paso lento, tranquilos ya que habíamos terminado con nuestros objetivos del dia: mi vestido y su compra.
Kyle se quedó mirando un punto fijo. Seguí su mirada. Un precioso vestido beige estaba puesto en un maniquí.
- ¡Es bastante bonito! - le dije.
(Kyle) - Pruébatelo. - me propuso. Me mordí el labio, ya tenía el vestido perfecto para esta noche y no quería cambiar de opinión. Pero bueno, por probármelo no pasaba nada. Entramos en la tienda, cogí el vestido y me lo puse por encima.
(Kyle) - Seguro que te queda precioso puesto. Vamos, yo invito. - dijo con una media sonrisa. Le miré con complicidad. ¿Le habría cogido el gustillo a ir de compras conmigo? Fui rápidamente hacía los probadores. Kyle se quedó fuera, junto a mi probador. Me deshice ágilmente de mi ropa y me puse el vestido. Tenía una fina cremallera en la espalda, dorada para que no resaltara en el vestido. Empecé a subírmela pero no llegaba bien. Recordé la última vez que había subido una cremallera de este estilo por mi cuenta y el vestido salió muy mal parado, no me podía volver a pasar...
- Kyle. - le llamé sin saber si era lo mejor. - ¿Podrías subirme la cremallera? - la subió con delicadeza, metiendo medio cuerpo en el probador. El escote palabra de honor dejaba mis hombros al descubierto y la largura del vestido me estilizaba.
(Kyle) - Precioso. - dijo ensimismado.
- ¿El vestido o yo? - pregunté con los brazos en jarra.
(Kyle) - El reflejo. - noté su mirada sobre mi en el espejo, me hacía sentirme deseada. Bajé la mirada, un poco avergonzada. Le di un empujoncito para que saliera del probador.
- Voy a cambiarme. - pero antes... - Kyle... - alzó las cejas. Movi los hombros. - La cremallera, por favor. - me la bajó con suavidad.
Una vez sola en el probador respiré hondo. Un minuto más mirándome de esa forma y me hubiera derretido en sus brazos. Colgué el vestido en su percha, me coloqué los vaqueros y cogí la camiseta. Kyle entró de repente en el probador, cerrando la cortina tras él. Dí un respingo y me tapé el torso con la camiseta.
- ¡Eh, Kyle! - me quejé. Me recorrió con la mirada y volví a tener la misma sensación que hace unos segundos.
(Kyle) - Una vieja me estaba desnudando con la mirada y,... - se acercó un poco más a mi. - prefiero que lo hagas tú. - Puso su mano sobre las mias, que aún sujetaban la camiseta, y me las bajó con suavidad. Rozó sus labios con los mios, solté la camiseta y pase mis manos por su pelo. Pegamos nuestros cuerpos y el beso se intensificó. Me apoyó sobre la pared sin dejar de besarnos. Notaba cada vez más calor, tanto que incluso empezaba a oler a quemado. Kyle me apartó de la pared, llevándome hacia el otro lado y pude ver que había fuego, pero de verdad, las cortinas de los probadores se prendieron en cadena.
- ¿Fuego? - pregunté extrañada. Kyle se separó y me puse la camiseta que había dejado caer en el suelo. La alarma de incendios comenzó a sonar. Kyle me agarró de la mano y salimos de allí. La gente gritaba asustada. Un guarda pedía que mantuvieramos la calma pero era imposible. Aceleramos el paso y Kyle me arrastró al pasillo de los servicios. Me volvió a apoyar contra la pared, me encantaba que hiciera eso. Sonreí ampliamente y miré sus labios, impaciente por probarlos de nuevo. Los besos seguían siendo ardientes como los del probador y nuestros labios se coordinaban a la perfección. Otra alarma, esta vez más fuerte, llenó el centro comercial. Kyle tenía la mano en la palanca de incendios. Apoyó su cabeza en la pared, junto a la mia. Solté una carcajada.
(Kyle) - Genial. Dos veces en un día. - se quejó.
- Tenemos que salir de aquí. - Fuimos a la salida de emergencia situada al final del pasillo, un grupo de personas nos imitó.
No dejamos de reirnos durante el camino al parking, para coger la moto.
- No entiendo lo del incendio en la tienda. ¿Cómo ha podido pasar? - repasé ese momento de nuevo, la verdad es que alguien podría haber pasado perfectamente a nuestro lado con una antorcha y no me hubiera dado cuenta.
(Kyle) - Seguramente habría sido alguna graciosilla que se encontraba en el probador de al lado y quería hacer algún tipo de broma. Un cigarrillo...o algo. - dedujo.
- Podría ser...
(Kyle) - Eso sí, la estupidez humana recae en mí. La palanca de incendios, ¿en serio? - Volví a soltar una carcajada.
- Mira el lado positivo. En caso de que el incendio se hubiera extendido, habrás salvado a media isla. - alzó las cejas.
(Kyle) - No tiene nada de positivo. Las cosas iban mejorando allí dentro. - Bajé la mirada, pensando lo mismo, y le di un golpecito en el brazo.
Sacó el casco del asiento y me lo tendió. Me lo puse sobre la cabeza y miré las cuerdas con las que debía atarmelo al cuello, todavía me hacía un lio al ponérmelo.
(Kyle) - Déjame a mí. - me lo abrochó rápidamente y me dió un pequeño beso.
Nos subimos en la moto y arrancó.
Ese largo beso de despedida frente a mi casa me sabía a poco pero debía entrar ya.
(Kyle) - Esta noche paso a por tí. - fruncí el ceño.
- Tu casa está aquí al lado.
(Kyle) - Solo era una excusa para poder estar algún tiempo a solas contigo. - me sonrió. - Además, no me fio de que vayas sola por la noche. Hay mucha chusma.
- Estamos en la Calle Alta, Kyle. - le recordé.
(Kyle) - Cualquier momento y lugar es bueno para hacer del caballero de brillante armadura. - reí y su sonrisa seguía tan deslumbrante como siempre.
- Hasta luego, caballero. - hice una pequeña reverencia sin dejar de sonreir.
(Kyle) - Hasta esta noche, mi reina. - aceleró e hizo un derrape. Negué con la cabeza, no me gustaba cuando conducía así.
'Mi reina'. Brinqué hacia la puerta de mi casa con la bolsa de mi maravilloso vestido en la mano y sin poder borrar esa sonrisa de mi cara.
Edited by dbCris - 13/5/2013, 14:34