Olympustime ; foro de rol

31-12-2011

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lorebabyv
CAT_IMG Posted on 7/4/2013, 21:16






Durante el camino al centro comerial, Lily me hablaba con efusividad sobre la obra de teatro y cosas del colegio. La escuché con una sonrisa plasmada en mi cara. No sabía como una cosa tan pequeña podía hacer que me olvidara de todo lo que me preocupaba, al menos durante un momento.
Le cogió la mano a Chase, y seguidamente se hizo con la mia. Lily brincaba, y nosotros la manteniamos en el aire durante unos segundos, dejándola caer unos centímetros por delante de donde estábamos. Estuvimos un tiempo así, hasta que Chase decidió soltarle la mano para que parara.
(Chase) - No has dejado hablar a Sadie en ningún momento. ¿Qué tal las vacaciones? - me preguntó. Me limité a encogerme de hombros.
- No están mal pero podrían ir mejor.
(Chase) - ¿Alex? - quiso saber, tal vez un poco preocupado. Negué con la cabeza y le quité importancia con un leve movimiento de mano.
- Bah, ya paso de él. - se quedé pensativa mirando más allá. Pensé en Logan, y en cuanto me gustaría estar con él. Tanto como me gustaba estar con Chase. Intenté volver a la realidad tras pensar en Chase. - ¿Y las tuyas? - me imitó, y se encogió de hombros.
(Chase) - Más de lo mismo. - dijo con desgana. Supuse que no querría hablar del tema, asi que no le pregunté. Tal vez tenía que ver con su padre, y no era algo en lo que debería entrar.

Una vez atravesamos las puertas correderas de cristal, fuimos directos al supermercado. Lily insistió en llevar el carrito de la compra. Chase iba mirando la pequeña lista con todos los ingredientes mientras recorriamos los largos pasillos llenos de estanterias con comida u otros productos. Lily fue cogiendo todo aquello que le gustaba, ganándose a Chase con esa mirada tan convincente suya. Logré leer 'azúcar glass', y estábamos pasando justo por ese pasillo. Intenté coger el paquete alargando el brazo, incluso poniéndome de puntillas...
(Chase) - Deja que te ayude. - Se acercó, pegando su cuerpo un poco más al mio. Posé mi mirada en la suya y nos mantuvimos así durante unos segundos.
(Sadie) - Gracias. - dije cogiendo el paquete, rozando nuestros dedos suavemente.
(Lily) - Pi, pi. ¡Paso! - empujó el carro con fuerza a lo largo del pasillo, cogiendo velocidad. Me tuve que pegar a Chase de nuevo, evitando que el Lily me pillara. Sentí su respiración cerca de mí. Tan solo estábamos a unos centímetros.
(Chase) - V-voy a por la masa. - dijo antes de desaparecer hacía el otro pasillo. Pensé en lo que podría haber pasado, en nuestros labios juntos... Cogí un paquete de galletas un poco soñolienta y aún pensando en aquello. Fui a doblar una esquina, para entrar a otro pasillo y entonces, me choqué con alguien. Apretujé la caja con fuerza sobre mi pecho. Una chica rubia estaba plantada justo en frente de mí, mirándome con despecho.
(Sophia) - A ver si tienes más cuidado. - me recorrió con la mirada y cruzó los brazos. Era un poco más mayor que yo, tal vez de la edad de Logan... - No sé como una persona como Logan puede estar contigo. Te diré una cosa: Él. No. Te. Conviene. - remarcó esto último.
- No estoy con Logan, ¡y tú no eres nadie para decirme lo que me conviene o no! - sonrió, complacida al ver que estaba perdiendo los nervios.
(Sophia) - ¡Qué intrépida! - bufó. Justo en el momento en el que iba preguntarle de qué conocía a Logan, llegó Chase, intentando calmar el ambiente.
(Chase) - ¿Va todo bien, Sadie? - se colocó a mi lado y miró a la chica que estaba allí plantada. Estaba segura de que si Chase hubiera tardado algo más en llegar, la situación hubiera sido diferente... La rabia me comía por dentro.
(Sophia) - Tú debes de ser un Williams. - Ladeó la cabeza sin apartar la vista de él. - Sí, tienes toda la cara de tu madre. - fruncí el ceño. Aquella chica sabnía demasiado de...todo. Me estremecí.
(Chase) - Tú no sabes nada de ella. - Chase se estaba poniendo a la defensiva, y con razón. El tema de su madre era muy delicado. ¿Qué pretendía?
(Sophia) - La conozco mejor de lo que crees. - empezó a girar sobre sus talones, pero Chase la agarró del brazo, reteniéndola.
(Lily) - ¿Qué pasa? - observó la mano de Chase sobre la chica rubia.
(Chase) - Sadie te quiere enseñar algo, ¿verdad? - me miró y asentí. Agarré a Lily de la mano.
- Ven, Lily. - no me hacía mucha gracia dejar a Chase solo con aquella víbora. Había demostrado que estaba llena de veneno en tan solo unos minutos.
Lily no tardó en ser ella la que me guiaba, llegando al pasillo de los juguetes. Fue directa hacía las muñecas. Un color rosa pálido se adueñaba de cada rincón. Lily sustuvo una muñeca en el aire con una amplia sonrisa.
- Vaya, es muy guapa. - le dije cuando me la cedió.
(Lily) - Es rubia, como tú. - miró a la muñeca y después a mí, así varias veces. - Es como tú. - sonreí.
- Oh, ella es mucho más guapa que yo. ¡Mira que ojos! - la miré. - ¡Pero si son iguales que los tuyos! - Lily me volvió a quitar la caja y observó la muñeca con más atención. Empecé a mirar los peluches colocados sobre las estanterías. Pasé la mano por uno de ellos, que tenía un pelaje suave marrón.
(Lily) - ¡Vamos a enseñársela a Chase! - dijo con efusividad. Abrí los ojos sorprendida al verla correr por el pasillo. Aparté la mano del pecho rapidamente, provocando que este cayera, y la seguí, deseando llegar antes que ella, cosa que no fue así.
(Chase) - ¡Ahora voy! - le escuché decir aún sin verle. Nos daba la espalda, mirando hacía el final del pasillo. No tardo en acercarse a nosotras. Le miré preocupado, intentando averiguar que rondaba por su cabeza y qué era lo que aquella chica le había dicho.

Terminamos la compra y Chase pagó en la caja. Lily iba adelantada y aproveché para preguntarle a Chase sobre la conversación que había mantenido con ella.
- ¿Qué te ha dicho esa chica sobre tu madre? - negó.
(Chase) - Solo tonterías. - dejé de preguntar, entendiendo que no quisiera hablar de ello.

Pasamos por al lado de una tienda de golosinas y un dulce olor a palomitas inundó el aire.
(Lily) - ¡Palomitas! ¿Compramos?
(Chase) - No, dentro de poco comeremos en casa, además vamos a hacer las galletas.
- Venga Chasie. - le pidió con dulzura y utilizando de nuevo esa táctica suya. - Porfa...
- Vamos, un paquete pequeño no le hará daño.
(Lily) - Siii. Porfa, porfa.
- Si, venga, porfa. - e imité a Lily. No sabía si por ayudarla o porque también tenía ganas...
(Chase) - Vale, pero un paquete pequeño. - dejó claro.
(Lily) - ¡Bien! - dijimos a la vez. Pedí el paquete de palomites y rebusqué el monedero por mi bolso. Fui a pagar, pero Chase me apartó la mano.
(Chase) - Yo invito.
- Pero... - no me dejó continuar.
(Chase) - Nada de peros, yo te he arrastrado hasta aquí así que yo invito. - sacó el dinero y se lo tendió al chico que estaba detrás de la caja.
- Que sepas que no me has arrastrado hasta aquí, he venido con mucho gusto. - Lily cogió el paquete de palomitas con ganas y se metió un gran puñado en la boca. Se colocó entre ambos y nos sonreimos.
Cuando estábamos llegando a la puerta de salida, saltó la alarma de incedios. Algunas personas se miraban unas a otras, confundidas. Otras tiraban de sus acompañantes, intentando salir cuanto antes de allí temiendo lo peor.
(Guarda) - Despacio. ¡No corrais! ¡Dirigios a la salida más próxima! - indicaba el guarda de seguridad del centro comercial.
Chase se colocó todas las bolsas en una sola mano y agarró a Lily con la que le quedó libre. Me mantuve detrás de ellos hasta que salimos de allí.
- Nunca ha habido un incendio en el centro comercial. ¿Has visto el fuego o algo? - negó con la cabeza. Miramos hacia atrás, una multitud de personas se apegotonaban en las puertas con paso rápido y cara de terror.
(Chase) - Menos mal que estabamos cerca de la salida. - Lily se llevó otro puñado de palomitas a la boca mientras observaba atenta el espectáculo. - Vamos. - Chase tiró de ella.
(Lily) - Jo, pero yo quiero ver el fuego.
(Chase) - Hoy no, tal vez otro día. - sonreí. Sin duda, Chase sería un gran padre.

De vuelta a casa, Lily y yo permanecimos por detrás de Chase, apuntando hacía la capucha de Chase, intentando encestar las palomitas. Nos reíamos con fuerza al ver la capucha cada vez más blanca. Lily no apuntó bien y una le rozó la oreja.
(Chase) - ¿Pero que hacéis? - se tocó el cuello y se quitó una palomita. Empezamos a reirnos de nuevo. Se llevó la mano hacía la capucha y esta crujió debido a todas las palomitas. - ¿Pero esto que es? - Soltamos una carcajada. - Lo giró y salieron un puñado de palomitas aplastadas. La sacudió. - Muy graciosas. Si no tuviera estas bolsas os íbais a enterar las dos.
- Eso no te lo crees ni tú. - le dediqué una sonrisa y él entrecerró los ojos.
(Chase) - Ya verás, ya verás... - se giró y seguimos nuetro camino.
 
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lorebabyv
CAT_IMG Posted on 8/4/2013, 23:04






Nos acercamos a la puerta de entrada del centro comercial, y estas se abrieron automáticamente. El lugar estaba más abarrotado de lo habitual por ser treinta y uno.
- Bueno, ¿por dónde empezamos? - no tenía ni idea de las tiendas de chicas, por mucho que me hubiera gustado entrar en un probador. Aprovechando que aún seguía agarrada a mi mano, tiró de mí con paso rápido.
(Mia) - Hay bastantes tiendas. Podemos recorrerlas, ver algunos modelitos y después decidir. - resoplé. No sabía en lo que me metía cuando le propuse aquello, suerte que la compañía de Mia era más que suficiente y todo lo que necesitaba. Por ella, estaba dispuesto a sufrir tal calvario.
Observamos por algunas tiendas. Primero los escaparates, luego decidia entrar. Me limitaba a cruzarme de brazos mientras veía como Mia se recorria el local de un lado hacía otro, con varios vestidos en las manos que finalmente desechaba, aunque yo le decía que todos les quedarían bien, cosa de lo que estaba seguro. Pero, por un motivo u otro, siempre terminaba insatisfecha.
Hasta que pareció encontrar la tienda perfecta. Sujetó en alto un vestido liso negro.
(Mia) - ¡Mira, Kyle! Es perfecto. La falda de vuelo, las mangas un poco transparentes... - dijo mirándolo con dulzura. Se mordió el labio.
- Ojalá fuera todo transparente... - le contesté en un susurro.
(Mia) - ¿Qué has dicho? - me preguntó, aunque estaba casi seguro de que había llegado a oir algo.
- Nada, nada. - negué con la cabeza y se puso seria, dedicándome una mirada de desconfianza.
La seguí hasta los probadores, esperándola tras el mostrador blanco en el que una chica rubia y esbelta doblaba la ropa que no habían llegado satisfacer a la clientela.
(Mia) - ¡Kyle! - me llamó desde dentro. Se encontraba en el pasillo de los mostradores de tela roja. Me miró con una amplia sonrisa y giró sobre sí misma. La falda se mantuvo en el aire, dando vueltas con ella. Ahora entendia lo de la falda con vuelo. El vestido se ajustaba perfectamente a su figura y no pude evitar soltar un WOW. - Te lo dije. Es perfecto.
- Estáis hecho el uno para el otro. - dió un pequeño brinco y entró en el probador de nuevo, corriendo la cortina.
(Chica rubia) - Tiene suerte de tener a alguien como tú. - me dijo pasando por mi lado. Su mano rozó mi hombro.
- Yo tengo suerte de tener a alguien como ella, creéme. - pensé en lo que Mia tenía que soportar en compañía de mi madre, y que a pesar de ello, siempre estaba dispuesta a intentarlo una vez más. A complacerme a pesar de su incomodidad. La chica rubia hizo una mueca y siguió con su trabajo. Me encogí de hombros y Mia tiró de mí una vez más.
Tras esperar un poco de tiempo más en la cola para pagar, decidimos ir a hacer la compra que me mi madre me había encomendado. Leche, huevos, pollo. Ni siquiera sabía qué coger exactamente. Por suerte, Mia estaba a mi lado para ayudarme. Una vez llenado el carro, me puse en la caja. Mia miró hacía fuera con anhelación.
(Mia) - ¿Te importa si voy a mirar el escaparate de la tienda de zapatos? - me preguntó. Le dí un beso en la mejilla con suavidad.
- Ve. - le susurré en el oido antes de apartarme. Me lanzó un beso mientras atravesaba las largas alarmas blancas que ocupaban parte de la entrada al supermercado.
Cuando tocó mi turno, pagué lo requerido y pedí que la llevaran a domicilio. Rellené un folio con el nombre de mi madre, la dirección y el número de teléfono de casa, supuse que por si había algún tipo de problema. Cuando salí de allí, Mia ya estaba mirando hacía mí. Justo a su lado, había una chica con el pelo castaño que le caia suavemente más bajo de los hombros. Me resultaba familiar, aunque en ese momento no caía.
(Mia) - Muchas veces pienso que esa chica tiene una rara obsesión contigo. - fruncí el ceño, intentando averiguar a qué se referia. - ¡La chica de la feria! - y, entonces, supe quién era. - No dejaba de decir...cosas extrañas. No está bien. - solté una carcajada.
- No le des importancia. - le quité la bolsa de la mano y coloqué mi brazo sobre su hombro, rodeándola.
Ya habíamos cumplido con todo lo que deberíamos hacer: Mia tenía un vestido estupendo para escandilar esta noche, y mi madre tenía lo que quería: una compra realizada y envíada en breves a casa.
Pasamos por una tienda que no había visto antes, fijándome mejor. Un vestido descansaba sobre un pálido maniquí con una extraña pose. Me sonaba bastante y... ¡el sueño! Era exactamente igual que el del sueño. Beige, de palabra de honor... Recordé a Mia con él puesto y lo bien que le quedaba. Mia siguió mi mirada.
(Mia) - ¡Es bastante bonito! - dijo con sinceridad.
- Pruébatelo. - le sugerí. Se mordió el labio, pero sabía que no se podría resistir a la tentación. Entramos en la tienda y, como si aquel vestido tuviera un busca encima, Mia se fue directo hacía él. Se lo pegó al cuerpo, observando como le quedaba.
- Seguro que te queda precioso puesto. Vamos, yo invito. - dije con una media sonrisa. Me miró con complicidad y fue veloz hacía los probadores, que esta vez no estaban dispuestos en pasillo alguno. Discurrian en una línea al final del local. Me apoyé en la pared justo al lado del probador en el que Mia había entrado. Recorrí el lugar y comprobé que era el único hombre allí dentro. Una señora mayor me recorrió con la mirada. No sabía como actuar ante eso... Seguí esperando a que Mia saliera o llegara a mostrarme el vestido.
(Mia) - Kyle. - me llamó. - ¿Podrías subirme la cremallera? - metí la mitad del cuerpo tras las cortina y posé mi mano en la cremallera, subiéndola con suavidad. Se alisó el vestido.
- Precioso. - dije ensimismado. Era la Mia de mi sueño, pero con el pelo más corto.
(Mia) - ¿El vestido o yo? - preguntó con los brazos en jarra.
- El reflejo. - la miré en el espejo y Mia bajó la mirada, un poco avergonzada. Me dió un suave empujón para que saliera de allí, juguetona.
(Mia) - Voy a cambiarme. - me informó. - Kyle... - alcé las cejas. Movió los hombros. - La cremallera, por favor. - se la bajé con la misma suavidad con la que se la había subido.
Una vez salí del probador, imité la pose anterior y la señora mayor volvió a centrar su mirada hacía mí. Ya no solo me recorría con la mirada, si no que parecía que estaba apunto de tirarse hacía mí. ¿Desde cuando una chica prefería fijarse en un chico en una tienda completa de ropa? Un escalofrío recorrío mi columna y la incomodidad se apoderó de mí. No aguantaba más. Tan rápido como descorrí la cortina, volví a cerrarla. Mia dió un pequeño respingo y se tapó con su camiseta.
(Mia) - ¡Eh, Kyle! - se quejó. La recorrí con la mirada. Solo tenía puestos los vaqueros y según iba subiendo, también me di cuenta de que tenía el sujetador, ya que podía ver los tirantes negros.
- Una vieja me estaba desnudando con la mirada y,... - me acerqué un poco más a ella. - prefiero que lo hagas tú. - Aún apretaba la camiseta sobre su torso medio desnudo. Estábamos juntos, ¿verdad? Eso era algo que todo el mundo sabía y que nadie podía negar. Coloqué mi mano sobre las suyas y se las bajé con suavidad, esperando que no me rechazara. Parecía que se iba relajando y acerqué mis labios a los suyos. Los rocé con suavidad y su camiseta cayó al suelo, dejando libres sus manos para pasarlas por mi pelo. Pegamos nuestros cuerpos y el beso pasó de ser suave y lento, a algo más fiero y apasionado. Una ola de calor me azotó todo el cuerpo, recorriendo cada parte de ékl. Apoyé a Mia sobre la pared, aún pegados, y coloqué mi mano sobre el vestido que descansaba en su percha sobre el pequeño barrote pegado a la pared. Noté que el calor empezaba a centrarse en mis manos, en los dedos. Una chispa se liberó de una de mis manos, seguida de otra. El vestido empezó a arder con facilidad. Aparté a Mia de ese lado de la pared, llevándola hacía el otro lado para protegerla, pero el fuego se fue propagando, primero hacía la cortina del probador donde estábamos nosotros y, seguidamente, hacía las demás.
(Mia) - ¿Fuego? - preguntó extrañada. Miré hacía atrás, observando lo que acababa de provocar. Me aparté de Mia. Ésta cogió la camiseta que había dejado caer al suelo y se la puso con rapidez. Se empezó a escuchar la alarma de incendios del pequeño local. Cogí a Mia de la mano y, entre gritos de desesperación y rostros asustados, salimos de allí como pudimos. Un guarda se plantó delante de la puerta pidiendo tranquilidad, pero todo el mundo corría en la primera dirección que se les pasaba por la cabeza. Aceleramos el paso y ví el pequeño letrero de los servicios. Arrastré a Mia al pasillo grisáceo mientras los demás corrian por el pasillo principal. La retuve apoyada en la pared una vez más. Sonreió ampliamente y miró mis labios. Después de lo ocurrido en el probador, parecía que necesitaba más y más de ella, como si fuera una adicción. Volví a besar sus labios de la misma forma que lo había hecho con anterioridad. Nuestros labios se movian como si estuvieran hechos el uno para el otro, encajando a la perfección. Relajé los músculos y coloqué la mano sobre la pared. La arrastré hacía abajo, por un intento de estar algo más cómodo de lo que ya estaba. Sin embargo, noté algo duro que, tras pasar mi mano por ello sonó un pequeño clic y la palanca bajó como una orden. Un estruendo llenó el centro comercial. Una palanca de incendios... Apoyé mi cabeza en la pared, a un lado de la de Mia. Ella soltó una carcajada.
- Genial. Dos veces en un día. - me quejé.
(Mia) - Tenemos que salir de aquí. - y nos dirigimos hacía las puertas grises con los barrotes rojos al final del pasillo, la puerta de atrás. Un barullo de personas se fueron acercando al mismo lugar donde estábamos.

Reimos durante el camino hacía el parking para montarnos en la moto y volver a casa.
(Mia) - No entiendo lo del incendio en la tienda. ¿Cómo ha podido pasar? - preguntó, pensativa.
- Seguramente habría sido alguna graciosilla que se encontraba en el probador de al lado y quería hacer algún tipo de broma. Un cigarrillo...o algo. - dije como excusa.
(Mia) - Podría ser...
- Eso sí, la estupidez humana recae en mí. La palanca de incendios, ¿en serio? - Mia soltó una carcajada.
(Mia) - Mira el lado positivo. En caso de que el incendio se hubiera extendido, habrás salvado a media isla. - alcé las cejas.
- No tiene nada de positivo. Las cosas iban mejorando allí dentro. - Mia bajó la mirada y me dió un pequeño golpe en el brazo.
Saqué el casco del asiento de la moto y se lo tendí a Mia. Se lo colocó sobre la cabeza y miró las cuerdas negras que debrían agarrárselo al cuello.
- Déjame a mí. - se lo abroché con rapidez y le dí un pequeño beso.
Me subí en la moto, Mia se preparó y arranqué.

Tras un largo beso de despedida, Mia se dirigió a su casa.
- Esta noche paso a por tí. - frunció el ceño.
(Mia) - Tu casa está aquí al lado.
- Solo era una excusa para poder estar algún tiempo a solas contigo. - le dediqué una sonrisa. - Además, no me fio de que vayas sola por la noche. Hay mucha chusma.
(Mia) - Estamos en la Calle Alta, Kyle. - reprochó.
- Cualquier momento y lugar es bueno para hacer del caballero de brillante armadura. - rió y yo seguí sonriendo.
(Mia) - Hasta luego, caballero. - se despidió con una leve reverencia.
- Hasta esta noche, mi reina. - aceleré e hice un derrape antes de que Mia entrara.
 
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dbCris
CAT_IMG Posted on 13/4/2013, 23:25




MiaRobertsjpg

Entramos en el abarrotado centro comercial. Los clientes iban de una tienda a otra con prisa, comprando a última hora lo que deberían haber comprado antes.
(Kyle) - Bueno, ¿por dónde empezamos? - Me sabía casi de memoria todas las tiendas buenas de ropa que había en el centro comercial. Tiré de Kyle hacia la más cercana.
- Hay bastantes tiendas. Podemos recorrerlas, ver algunos modelitos y después decidir. - resopló. Sonreí, había sido él el que había querido acompañarme.
Nos parábamos en los escaparates y entrabamos en las que me gustaba. Kyle se quedaba a un lado mientras yo recorría el local buscando el vestido ideal. Me probé varios vestidos: demasiado largo, muy corto, muy veraniego, demasiado formal... Kyle siempre decía que me quedarían bien, eso no me ayudaba a decidirme.
Hasta que por fin entramos en la tienda adecuada. Mis ojos se fijaron en un vestido liso negro que estaba en un rincón de la tienda. Me acerqué lentamente a él y lo sujeté en alto, observándolo con detenimiento.
- ¡Mira, Kyle! Es perfecto. La falda de vuelo, las mangas un poco transparentes... - me mordí el labio sin dejar de mirarlo, pensando en los complementos con los que lo llevaría. Kyle murmuró algo.
- ¿Qué has dicho? - le pregunté.
(Kyle) - Nada, nada. - negó con la cabeza, me puse seria, mirándola con desconfianza. Algo había dicho y, conociéndole, me imaginaba lo que era.
Fui hacia los probadores esperando que me quedara tan bien como pensaba. Me miré en el espejo con una gran sonrisa. Era absolutamente perfecto. Se ajustaba a mi cuerpo, era cómodo y me encantaba la falda de vuelo. Giré sobre mi y se levantó sin que se me viera nada. Perfecto.
- ¡Kyle! - le llamé, saliendo al pasillo. Él me miró desde el otro lado del mostrador blanco donde estaba la chica de la tienda que vigilaba los probadores. Giré sobre mí misma para mostrándole lo maravilloso que era el vestido. Sonreí satisfecha cuando escuché un WOW de sus labios. - Te lo dije. Es perfecto.
(Kyle) - Estáis hecho el uno para el otro. - dí un pequeño brinco entrando en el probador de nuevo. Me cambié y tiré del brazo de Kyle, yendo hacia la caja.
Hicimos la compra que le había encargado su madre a Kyle. Parecía un poco perdido y le traté de ayudar en lo que pude. El carro estaba lleno y nos pusimos en la cola. Miré la tienda de zapatos que estaba a nuestro lado. Ya tenía unos cuantos tacones que me vendrían bien, pero si viera algunos tan perfectos como el vestido...
- ¿Te importa si voy a mirar el escaparate de la tienda de zapatos? - le pregunté, sintiéndome un poco culpable por dejarle solo en la caja. Me besó en la mejilla con suavidad.
(Kyle) - Ve. - me susurró al oido. Si es que era un cielo. Le lancé un beso mientras pasaba por las alarmas de la entrada del supermercado.
Me acerqué al escaparate observando los zapatos: ese no hacía juego con el vestido, el tacón muy fino, mucha plataforma, ese era horrendo... Me subí las mangas hasta el codo, hacía calor allí.
(Lorrein) - Hola - dijo con una extraña amabilidad. Le miré de reojos. ¿Qué querrá esta?
- Hola - contesté lo más seca que pude.
(Lorrein) - ¿Buscando algo para esta noche? - Que pesada.
- Te equivocas - arqueó las cejas - ya lo he encontrado.
(Lorrein) - Genial - puso una sonrisa falsa.- ¿Es de nacimiento? - me señaló la marca que tenía en el brazo, cerca del codo. Le miré extrañada.
- Sí, pero ¿a que viene eso? - sonrió.
(Lorrein) - Él tiene una igual - contestó. Ahora yo era adivina para saber de quién hablaba.
- ¿Él? - pregunté confusa.
(Lorrein) - Kyle, cerca de la rodilla - se pasó el pelo por detrás de las orejas - es también muy pequeña, como la tuya.
- ¿Y tú como sabes eso? - Esa tía me estaba empezando a dar miedo. Tenía una obsesión por Kyle que no era normal.
(Lorrein) - Ya se lo dije, soy su hermana. - ¿Y esta de qué iba?
- Otra vez con eso.. - dije cansada.
(Lorrein) - Esta bien, pero si puedes comprobarlo, hazlo.
- No tienes que ser su hermana para saber eso, se la has podido ver.. - me mordi el labio, pensativa - en verano o jugando al baloncesto.
(Lorrein) - Es demasiado pequeña, tienes que acercarte para verla. - la miré dudosa. Nunca me había fijado en que Kyle tuviera una mancha de nacimiento en la rodilla, y eso que había ido a todos sus partidos de baloncesto y a algunos de sus entrenamientos. Su móvil sonó y me volví hacia Kyle, que ya había terminado la compra.
- Muchas veces pienso que esa chica tiene una rara obsesión contigo. - frunció el ceño, sin saber a lo que me refería. - ¡La chica de la feria! - le aclaré. - No dejaba de decir...cosas extrañas. No está bien. - soltó una carcajada.
(Kyle) - No le des importancia. - me quitó la bolsa del vestido de la mano y me rodeó los hombros con el brazo.
Caminamos por el centro comercial a paso lento, tranquilos ya que habíamos terminado con nuestros objetivos del dia: mi vestido y su compra.
Kyle se quedó mirando un punto fijo. Seguí su mirada. Un precioso vestido beige estaba puesto en un maniquí.
- ¡Es bastante bonito! - le dije.
(Kyle) - Pruébatelo. - me propuso. Me mordí el labio, ya tenía el vestido perfecto para esta noche y no quería cambiar de opinión. Pero bueno, por probármelo no pasaba nada. Entramos en la tienda, cogí el vestido y me lo puse por encima.
(Kyle) - Seguro que te queda precioso puesto. Vamos, yo invito. - dijo con una media sonrisa. Le miré con complicidad. ¿Le habría cogido el gustillo a ir de compras conmigo? Fui rápidamente hacía los probadores. Kyle se quedó fuera, junto a mi probador. Me deshice ágilmente de mi ropa y me puse el vestido. Tenía una fina cremallera en la espalda, dorada para que no resaltara en el vestido. Empecé a subírmela pero no llegaba bien. Recordé la última vez que había subido una cremallera de este estilo por mi cuenta y el vestido salió muy mal parado, no me podía volver a pasar...
- Kyle. - le llamé sin saber si era lo mejor. - ¿Podrías subirme la cremallera? - la subió con delicadeza, metiendo medio cuerpo en el probador. El escote palabra de honor dejaba mis hombros al descubierto y la largura del vestido me estilizaba.
(Kyle) - Precioso. - dijo ensimismado.
- ¿El vestido o yo? - pregunté con los brazos en jarra.
(Kyle) - El reflejo. - noté su mirada sobre mi en el espejo, me hacía sentirme deseada. Bajé la mirada, un poco avergonzada. Le di un empujoncito para que saliera del probador.
- Voy a cambiarme. - pero antes... - Kyle... - alzó las cejas. Movi los hombros. - La cremallera, por favor. - me la bajó con suavidad.
Una vez sola en el probador respiré hondo. Un minuto más mirándome de esa forma y me hubiera derretido en sus brazos. Colgué el vestido en su percha, me coloqué los vaqueros y cogí la camiseta. Kyle entró de repente en el probador, cerrando la cortina tras él. Dí un respingo y me tapé el torso con la camiseta.
- ¡Eh, Kyle! - me quejé. Me recorrió con la mirada y volví a tener la misma sensación que hace unos segundos.
(Kyle) - Una vieja me estaba desnudando con la mirada y,... - se acercó un poco más a mi. - prefiero que lo hagas tú. - Puso su mano sobre las mias, que aún sujetaban la camiseta, y me las bajó con suavidad. Rozó sus labios con los mios, solté la camiseta y pase mis manos por su pelo. Pegamos nuestros cuerpos y el beso se intensificó. Me apoyó sobre la pared sin dejar de besarnos. Notaba cada vez más calor, tanto que incluso empezaba a oler a quemado. Kyle me apartó de la pared, llevándome hacia el otro lado y pude ver que había fuego, pero de verdad, las cortinas de los probadores se prendieron en cadena.
- ¿Fuego? - pregunté extrañada. Kyle se separó y me puse la camiseta que había dejado caer en el suelo. La alarma de incendios comenzó a sonar. Kyle me agarró de la mano y salimos de allí. La gente gritaba asustada. Un guarda pedía que mantuvieramos la calma pero era imposible. Aceleramos el paso y Kyle me arrastró al pasillo de los servicios. Me volvió a apoyar contra la pared, me encantaba que hiciera eso. Sonreí ampliamente y miré sus labios, impaciente por probarlos de nuevo. Los besos seguían siendo ardientes como los del probador y nuestros labios se coordinaban a la perfección. Otra alarma, esta vez más fuerte, llenó el centro comercial. Kyle tenía la mano en la palanca de incendios. Apoyó su cabeza en la pared, junto a la mia. Solté una carcajada.
(Kyle) - Genial. Dos veces en un día. - se quejó.
- Tenemos que salir de aquí. - Fuimos a la salida de emergencia situada al final del pasillo, un grupo de personas nos imitó.

No dejamos de reirnos durante el camino al parking, para coger la moto.
- No entiendo lo del incendio en la tienda. ¿Cómo ha podido pasar? - repasé ese momento de nuevo, la verdad es que alguien podría haber pasado perfectamente a nuestro lado con una antorcha y no me hubiera dado cuenta.
(Kyle) - Seguramente habría sido alguna graciosilla que se encontraba en el probador de al lado y quería hacer algún tipo de broma. Un cigarrillo...o algo. - dedujo.
- Podría ser...
(Kyle) - Eso sí, la estupidez humana recae en mí. La palanca de incendios, ¿en serio? - Volví a soltar una carcajada.
- Mira el lado positivo. En caso de que el incendio se hubiera extendido, habrás salvado a media isla. - alzó las cejas.
(Kyle) - No tiene nada de positivo. Las cosas iban mejorando allí dentro. - Bajé la mirada, pensando lo mismo, y le di un golpecito en el brazo.
Sacó el casco del asiento y me lo tendió. Me lo puse sobre la cabeza y miré las cuerdas con las que debía atarmelo al cuello, todavía me hacía un lio al ponérmelo.
(Kyle) - Déjame a mí. - me lo abrochó rápidamente y me dió un pequeño beso.
Nos subimos en la moto y arrancó.

Ese largo beso de despedida frente a mi casa me sabía a poco pero debía entrar ya.
(Kyle) - Esta noche paso a por tí. - fruncí el ceño.
- Tu casa está aquí al lado.
(Kyle) - Solo era una excusa para poder estar algún tiempo a solas contigo. - me sonrió. - Además, no me fio de que vayas sola por la noche. Hay mucha chusma.
- Estamos en la Calle Alta, Kyle. - le recordé.
(Kyle) - Cualquier momento y lugar es bueno para hacer del caballero de brillante armadura. - reí y su sonrisa seguía tan deslumbrante como siempre.
- Hasta luego, caballero. - hice una pequeña reverencia sin dejar de sonreir.
(Kyle) - Hasta esta noche, mi reina. - aceleró e hizo un derrape. Negué con la cabeza, no me gustaba cuando conducía así. 'Mi reina'. Brinqué hacia la puerta de mi casa con la bolsa de mi maravilloso vestido en la mano y sin poder borrar esa sonrisa de mi cara.

Edited by dbCris - 13/5/2013, 14:34
 
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