Aparqué la moto. Estaba todo lleno, menos mal que llevaba la moto. Al final habia sido mejor traerla que el coche. Me quedé pensativo, y recordé la cara de Mia al ver donde se tenía que subir. Era lo único que en parte, me hacía sentir culpable. Me tendió el casco con desgana y seguidamente se miró en el retrovisor. Las observé mientras terminaba de moldear su pelo, aunque en realidad, estaba intacto, al menos para mí. Sonreí levemente.
(Mia) - ¿Qué pasa? - negué, aún con la sonrisa.
- Nada. Venga, entremos. - le dije, quitándole importancia.
Había una gran multitud allí dentro. Aún no entendia como cabía tanta gente allí. Cada vez que miraba a Mia de reojos, se estaba arreglando el pelo.
- Deja de tocarte el pelo, estás bien. - puse mi mano sobre la suya, para apartársela del palo. Fui bajándola poco a poco.
(Mia) - Por fin un cumplido. - sonrió, y aparté la mirada.- Gracias. - Empezó a sonar algo de música, y Mia agarró mi brazo, sin dejar de tirar de él.- Vamos, que ya va a empezar.- soltó efusiva. Reí.
Las carrozas habían empezado su marcha y verlas pasar, a mi me aburrian, pero total, se suponía que las habiamos hecho nosotras. Estuve más tiempo mirando hacia Mia que a las cosas que pasaban.
(Mia) - ¿Por qué nadie me había dicho nada? Yo quería montarme en una carroza. - me encogí de hombros. Hubiera sido divertido verla allí montada. Conociéndola, se lo hubiera pasado mejor que nadie.
- No querrían que subieras. - dije, mientras reía. Me dió un golpe en el pecho, y desvié la mirada hacia las carrozas.
El Sr Collen se subió al escenario cuando terminó el desfile.
(Sr Collen) - ¡Hoy es el día de Olympustime! - se escucharon gritos y silbidos.- Primero de todo, agradezco este gran trabajo al instituto Bennet. Y en segundo lugar, gracias a todos por venir y disfrutar con nosotros de este importante día histórico. - aplaudimos. - Gracias, de verdad.- El alcalde empezó otro discurso. Suspiré. Ahora entendía el odio de mi padre hacía ese hombre.
- Ahora vuelvo.- y me acerqué a por algo de comer. Comida gratis, había que aprovechar, ¿no?
- ¡Bale! Bonito traje.- le recorrí con la mirada. Asintió.
(Jeremy) - ¿Donde estabas?.- preguntó levantando las cejas. Señalé a Mia y le guiñé un ojo.
- Tengo una apuesta que cumplir, ¿recuerdas?.- aunque ya no sabía si era eso en realidad.
(Alcalde) - Tras las carrozas, inauguramos ahora el verdadero desfile.- se aclaró la garganta. Miré hacia atrás, y Mia se acercó hacia nosotros.
(Mia) - Te sienta muy bien el traje, Bale.- puso los ojos en blanco y se fue sin decir nada.
(Mia) - No sé como puedes ser su amigo. - arqueé una ceja. Suspiró y decidió dejar el tema.- Vamos. - agarró mi mano y nos dirigimos hacia la pista de baile.
Estuvimos bailando un rato, hasta que llegó el cambio de pareja.
Mia no tardó demasiado en volver hacia mi.
(Mia) - Ya estoy. - le devolví la sonrisa, y la música paró mientras nos mirábamos.
(DJ) - Chicos, agarrad a vuestras parejas porque viene una lenta. - empezó a sonar una canción. Le tendí la mano.
- ¿Me concedes este baile? - rió y asintió. No era para menos. Colocó sus brazos con suavidad alrededor de mi cuello y le rodeé la cintura. Sin esperarlo, apoyó su cabeza en mi hombre. Sonreí satisfecho.
(Mia) - Me encanta esta canción. - susurró.
(Kyle) - Odio esta canción. - dije sin pensarlo. Levantó la cabeza con rapidez, y me fulminó con la mirada.- Es broma. - dije poniéndome serio. Y volvió a apoyar su cabeza en mi hombro.
Seguiamos pegados, pero ya sin bailar. Estaba preciosa, pero no era capaz de soltar ni una sola palabra.
(Sr. Roberts) - Hola, pareja. - dí un respingo y nos separamos con brusquedad. - ¿Bailas? - le pidió a su hija - Solo será un momento, enseguida te la devuelvo. - me guiñó un ojo, y asentí con una leve sonrisa.
No tenía otra cosa mejor que hacer que beber algo mientras esperaba. Me apoyé sobre la mesa, con un vaso en la mano. Miraba a Mia mientras bailaba, parecía que disfrutaba bastante.
(Chase) - ¿Has visto a Sadie? - me preguntó Chase, cosa que me sorprendía.
(Kyle) - No. - negué frunciendo el ceño. - ¿Ocurre algo?.- pregunté.
(Chase) - No, no pasa nada, o eso espero. - Chase se fijó en alguien, pero apartó demasiado rápido la mirada. Intenté visualizar lo que él habia visto con anterioridad. Un hombre alto pasaba cerca de nosotros. Su padre.
- ¿Te pasa algo con tu padre? - me miró sorprendido. Había dado en el clavo. Algo pasaba.
(Chase) - ¿Y esa pregunta? - aparté la mirada, y me centré en el vaso.
- Em, parece como si le evitaras. - le miré de reojos y dí un pequeño trago. Suspiró.
(Chase) - Mi padre no quiere que esté con Sadie. - asentí.
- Te entiendo, mi madre no quiere que salga con Mia. - tomé aire, intentando no darle importancia.
(Chase) - Adios. - se despidió e hice lo mismo con un movimiento de cabeza. Pero Mia apareció en cuanto él se fue. Dejé el vaso sobre la mesa.
(Mia) - ¿De qué estábais hablando? - me encogí de hombros con el ceño fruncido.
- De nada en especial. ¿Nos montamos en alguna atracción? - le preguntñe para olvidar el tema y por suerte, asintió.
Entramos en el laberinto de espejos, y como no, me choqué con uno. Me llevé una mano a la frente. Mia empezó a reir, y se chocó con otro.
(Mia) - ¡Auch! - Solté una carcajada. - Me has distraido. - se quejó mientras reía.
Nos paramos en un puesto de explotar globos, fallando en el último.
(Mia) - Que malo eres. - se burló y empezó a caminar más rápido. Sonreí y le pillé el ritmo.
Paramos a comer, aunque no tardamos en seguir recorriéndonos el parque de atracciones.
(Mia) - Mm.. que bien huele. Algodón de azúcar, me encanta. - se acercó al puesto corriendo. Re´ñi al verla. - Deme uno. Gracias. - y le dió el dinero. - ¿Quieres? - negué. No es que me hiciera mucha gracia, pero tuve que coger alguna que otra vez.
Mia paré en seco frente al tunel del terror y me choqué con ella. Había pasado por alto aquella atracción, creyendo que no le gustaría.
(Mia) - ¿Nos montamos? - me preguntó arqueando una ceja.
- Creía que a las chicas os daban miedo este tipo de atracciones. - se cruzó de brazos.
(Mia) - A ver si va a ser a ti a quien le da miedo subirse. - fruncí el ceño ante tal acusación y compré las entradas.
Nos sentamos en el coche y se puso en marcha. Los muñecos caían a nuestro lado y otros se hacía hueco en la pared. Una risa espantosa sonó por el túnel y un esqueleto con arañas apareció al lado de Mía. Pegó un bote y chilló, tirándose hacia mi. Reí al ver su reacción.
- ¿Quién tiene miedo ahora, eh? - dije con una amplia sonrisa.
(Mia) - Odio las arañas. - dijo con cara de asco.
Cuando terminamos el recorrido, ayudé a Mia a bajar del cochecito y salimos del túnel, riéndonos a carcajadas. Una chica nos miraba con atención, pero no le di importancia, hasta que se puso delante mia para cortarme el paso. Intenté pasar, pero empezó a llamarme por un nombre que ni siquiera era el mio.
(Lorrein) - ¿Finn? ¿Eres Finn? - la miré confundido.
- Creo que te equivocas de persona. - me agarró del brazo, impidiéndome que siguiera el camino.
(Lorrein) - ¿Seguro que no eres Finn? - preguntó desesperada.
- Estás equivocada, me llamo Kyle.- solté un poco más alto.
(Mia) - Oye, ¿que haces con mi pareja? Ya te ha dicho que no es Finn. - gritó Mia. Me cogió del brazo y apartó a la chica. - Búscate a otro. - tiró de mi, pero volví la mirada hacia atrás, frunciendo el ceño. ¿Acaso la conocía?
Una vez que nos alejamos, Mia soltó mi brazo y suavizó el paso.
(Mia) - ¿La conoces?
- No. - que yo recordara.
(Mia) - ¿Por qué creía que eras ese tal Finn? - me encogí de hombros.
- No tengo ni idea. - aparté la mirada, pensativo, hasta que caí en lo que estaba pasando. La miré con una sonrisa doblada.- ¿Estás celosa?
(Mia) - No digas tonterías. - aceleró el paso. - Solo es que no me cae bien esa chica, la conocí cuando fui a comprar el vestido para el desfile con Natalie y Sadie y, la verdad, no la aguanto.
El ambiente se iba tranquilizando y al menos, ya se podía andar mejor y Mia ya no sacaba el tema de la chica. Era un gran alivio. Paramos en un puesto de tiros. Apunté y ¡PAM! En esto si que era bueno.
(Mia) - Guau, menuda puntería. - reí al escucharla. Me regalaron un peluche.
- Toma. - y lo mantuve en el aire, esperando a que lo cogiera.
(Mia) - ¿Para mi? - asentí. - Gracias. - me agradeció, mirando el peluche.
- ¿Nos subimos a la noria? - le pregunté y asintió.
El sol empezaba a ocultarse, dejando paso a la luna, que ya se podía contemplar con difusidad.
(Mia) - Que bonitas vistas. - dijo sorprendida. La miré y sentí que tenía frio. Hacía bastante corriente aqui arriba. Me quité la chaqueta y se la coloqué sobre los hombros.
- Las hay mejores. - la miré y ella bajó la mirada.
(Mia) - Gracias. - me agradeció. No dije nada más y seguimos contemplando aquellas vistas.
Bajamos de la noria y eché una mirada al móvil. 3 llamadas perdidas. Suspiré. Mi madre, como no. Me fijé en la hora y guardé el móvil. Miré hacia el cielo, para ver como los estrellas ocupaban su lugar. Hora de los fuegos artificiales. Cogí a Mia de la mano con suavidad.
- Ahora viene lo mejor.- aunque para mí, lo mejor del día, había sido estar con ella. Mia soltó una risita tonta y aceleramos el paso. Nos sentamos en el gran cesped que había cerca del lago.
(Alcalde) - Espero que hayais disfrutado del día de Olympustime. Y ahora, para terminar este grandioso día, este hermoso espectáculo de luces. - alzó la mano y empezaron los fuegos. Mia los miraba asombrada. Sonreí levemente.
(Mia) - Esto es maravilloso. - volví la mirada hacia los fuegos. Moví mi mano en busca de la suya, enlazando mis dedos con los suyos.
Ambos nos miramos y nos fuimos acercando poco a poco. Notaba su respiración y un hormigueo recorrió mi estómago. Eso no me había ocurrido nunca.
(Jeremy) - ¿Qué hay, pareja? - dijo poniéndonos una mano a cada uno en el hombro. Se colocó en medio. Tuve que apartar mi mano, y hacer como si nada me importara. - Bonita noche, ¿verdad? - dijo mirando al cielo.
(Mia) - Lo era hasta que llegaste. - solté una carcajada y Jeremy me fulminó con la mirada.
(Jeremy) - Ah, pero ¿interrumpo algo? - Mia se levantó enfadada. Esto no era nada bueno.
(Mia) - Buenas noches Jeremy. - le dedicó una sonrisa y se alejó de nosotros.
- Ya podrías martenerte al margen por una vez.- apreté la mandíbula.
(Jeremy) - Solo te estoy salvando el culo.- dijo con una sonrisa doblada.
- ¿De qué?.- arqueé una ceja.
(Jeremy) - Venga ya, Kyle. Se acabó la apuesta. Has ganado.- me miró, triunfal. Como si fuera eso lo que yo quería oir.
- A la mierda la apuesta.- le solté y me levanté del cesped.
(Jeremy) - He tenido un día dificil, ¿vale? No me hagas caso.- se levantó. ¿Esa era su forma de disculparse?
- Tal vez deberia controlarte un poco.- le dije agarrandole del brazo. Estaba pensativo.
(Jeremy) - Tengo que irme. Tengo.. algo que hacer.- apretó la mandibula y levantó la mirada. Seguidamente, aceleró el paso y salió del cesped.
Fui hacia donde se encontraba Mia, con los brazos cruzados.
(Mia) - ¿Y tu amiguito? ¿A quién ha ido a molestar ahora?.- dijo mirando hacia otro lado, y un poco borde.
- Ha tenido un día dificil, no le hagas caso. - le quité importancia. Jeremy era así, y de todas formas, era mi amigo. - Vamos, te llevaré a casa. - le ofrecí el brazo y fuimos hacia la moto, dejando atrás la poca gente que quedaba dentro del parque.